En sus intervenciones, tanto Mariano Rajoy como Juan Vicente Herrera y María Dolores de Cospedal han insistido en que es el momento de la gestión sensata, el sentido común, la contención del gasto y el apoyo a los generadores de riqueza y empleo. Es el momento de la ética del esfuerzo y el trabajo, esa que es preciso recuperar en el modelo educativo; es el momento de la ética del ahorro en lo superfluo y la inversión en lo productivo. Es el momento de trabajar muy duro desde los cargos de responsabilidad pública para poder pedir esfuerzos a los ciudadanos con toda legitimidad. Es el momento de aligerar la administración pública para restar una carga a una sociedad civil que necesita toda su energía para reactivarse.
Todo esto, sin olvidar la responsabilidad con las personas más desfavorecidas, es lo que está en la agenda del PP. Una agenda que quedó claro en Segovia que es pública y transparente. Una agenda que sacará a España de la crisis y logrará que el país se impulse a si mismo, de nuevo, hacia la cabeza de los ratios de prosperidad y relevancia internacional. Los ciudadanos tienen claro que el PP es un gran partido para un gran país. La agenda oculta de Zapatero, el adalid de la transparencia, guardaba, entre los párrafos sobre nuevos derechos sociales, pleno empleo, economía sostenible y el Ejército como ONG, líneas enteras sobre recortes de salarios y pensiones, privatizaciones de empresas públicas y militarización de actividades civiles.
Esa agenda oculta es la que está aplicando un gobierno socialista con delirios de doble personalidad y un nerviosismo cada vez más evidente. La otra agenda, la del trabajo y la ética del esfuerzo, es la que ha llevado a Castilla y León a encabezar, por ejemplo, los resultados del último informe PISA sobre eficiencia del sistema educativo. Castilla y León, además, está soportando mejor que otras comunidades la plaga de la destrucción de empleo contra la que ZP no ha sabido vacunar a España. Es evidente que el PP es un gran partido para una gran región.
Para mí, en lo personal, el IV Encuentro de Presidentes ha sido una ocasión para departir e intercambiar pareceres con personas a las que conozco del Parlamento, del Gobierno Regional, de distintos Ayuntamientos o de otras jornadas de trabajo o de formación. Pero, sobre todo, ha servido para reforzar mi convicción del que el PP es un gran Partido para una Segovia mejor. Una Segovia que aplique esa agenda de contención del gasto en un contexto de recursos escasos, que penalice el despilfarro y bonifique la creación de empleo y riqueza, y que funcione con sentido común.
Sería fatal para nuestra ciudad quedar sometida a las alcaldadas del PSOE de un Pedro Arahuetes que no hace sino esconder su incapacidad de gestión tras un populismo victimista que le genera continuos enemigos en lugar de ganar colabores para la ciudad. Un Pedro Arahuetes que cuenta con su propia agenda oculta en los cajones de ciertas empresas públicas. Una agenda oculta también en lo moral y ético que ha quedado manifestada en los cursos para que las niñas de 13 años aprendan a ligar o en el CD con insultos al Rey. Una agenda oculta que se está revelando en la venta de suelo público a precios de saldo. O en el gasto de 10 millones de euros en un CAT que aún no existe.
Segovia necesita un futuro sin agendas ocultas. Un futuro de trabajo y sentido común. Sin alcaldadas. Sin pancartas en el balcón del Ayuntamiento. Sin manifestaciones estudiantiles encabezadas por el máximo responsable de la ciudad y alentadas desde su despacho. Sin un ayuntamiento que se emplea para servir al PSOE en Castilla y León y para defender a Zapatero. Un futuro con menos gastos superfluos pero con servicios públicos más sensatos y que funcionen mejor.
Segovia necesita más empleo.
Segovia necesita al PP.
Cada vez más segovianos son conscientes de que el PP es un gran Partido para una ciudad mejor.
1 comentario:
Eso es, el PP es el partido que bobernará una Segovia mejor y tú serás la alcadesa. Mucho Ánimo
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